SALVADOS POR LAS MATEMÁTICAS
Cuento Corto para niños, creado por: Luisa Helena
En una aldea apartada, una preciosa niña llamada Lía vivía felizmente con sus padres y su hermano Juan. A ella le gustaba mucho de leer cuentos, historietas y leyendas. Sin embargo, a diferencia de su hermano, no le gustaban nada las matemáticas, hasta tal punto, que si su hermano quería molestarla, solo tenía que cantar la canción:
“Brinca la tablita, ya yo la brinqué, bríncala tu ahora que yo me cansé. Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho y ocho diez y seis”. O cualquier otra canción que mencionara números.
Un día Lía le propuso a Juan que dieran un paseo hasta la casa más cercana:
– A lo mejor en la casa más cercana vive un príncipe y una princesa con los que podamos jugar. – Decía la niña a su hermano para convencerlo.
Lo que no sabían, hasta ese momento es que la casa más cercana a ellos estaba muy retirada y que les tomaría dos horas llegar a ella caminando. Salieron de su casa a las 6:00 p.m.
Al empezar a caer la noche, Lía que hasta ese momento estaba cantando y saltando por todos lados empezaba a asustarse.
Llegó un momento que solo decía:
– Quiero regresar ¿Cómo vamos a llegar a casa?
Juan se mantenía callado, solo de vez en cuando le respondía:
– Tranquila, podemos regresar.
Fue tanta la insistencia de Lía, que Juan tomó la decisión de regresar; entonces Lía muy confusa, al ver a su alrededor y percibir lo solitario del camino y que no recordaba como regresar, se dejó caer al suelo y comenzó a llorar.
Fue entonces cuando Juan se sentó a su lado, la consoló y le dijo:
– No te preocupes, podemos regresar, las matemáticas nos van a ayudar.
Lía pensó que su hermano solo quería burlarse de ella y que no era gracioso decir aquello en ese momento, se limpió la cara y SE enfadó, cuando este le dijo:
– Solo tenemos que contar hasta 98.342 y estaremos en casa nuevamente.
– Lo dices para molestarme, sabes que no me gusta contar, además, ¿qué tiene que ver contar con llegar a casa cuando estamos perdidos en este lugar?
A pesar de que Lía sentía mucha rabia por tener que contar, hizo caso a Juan y se dispusieron a caminar contando. Al llegar a la casa Lía no paraba de reír, saltar y celebrar que fueron SALVADOS POR LAS MATEMÁTICAS.
– Moraleja: Si en algún momento estás en un lugar nuevo para ti, es bueno que te conviertas en observador de tu alrededor o que cuentes tus pasos y así sabrás como regresar al punto de partida. Debemos amar las matemáticas, porque ellas son parte de nuestras vidas y no sabemos en que momento nos pueden ayudar.
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